Mushin (夢心) es un anciano monje budista, que se convirtió en abuelo de Miroku cuando el túnel de viento se tragó al padre de Miroku.
Historia[]
Mushin tiene un nivel moderado de poderes sobrenaturales. Se formó como monje budista y a Miroku lo crió como su propio hijo. Mushin es demasiado aficionado a la causa y no está por encima de "hacer más" de una situación. Él mantiene un templo aislado budista que es también el sitio del cráter del Agujero Negro, donde el padre y el abuelo de Miroku murieron.
Miroku lo va a visitar cuando su Agujero Negro se rompe a causa de la Mantis Religiosa Demonio, pero es poseído por el demonio Kokochu, por lo que ataca a Miroku y Hachi. Miroku se protege sin lastimar a su maestro hasta que llega el resto del grupo de Inuyasha a salvarlo y Sango acaba a Kokochu con su Hiraikotsu.
Cuando Akago era llevado por Kagura para investigar en los cuerpos de los sacerdotes prestigiosos pistas sobre los límites entre ambos mundos Mushin cree que va a morir. Hachi ve saliendo líquido rojo de su boca por lo que va a avisar a Miroku. El grupo de Inuyasha se encarga de cumplir uno a uno estos deseos, desde ir a un Restaurante muy costoso hasta llevarle Licor Legendario que hacen los Ermitaños de la Región Montañosa de la Bruma. Luego de una charla entre Miroku y su maestro, este revela que el líquido rojo era sandía y no estaba enfermo, sólo temía ser atacado como los demás sacerdotes.
Imágenes[]
Curiosidades[]
- A parte de "Sueño del Corazón", su nombre puede ser referencia a Mushin no Shin (無心の心, Mente sin mente), el cual es un concepto de las artes marciales que designa un estado mental al que se accede durante el combate, así como tambien en cualquier otro aspecto de la vida. Este estado estaría caracterizado por una ausencia de pensamientos y emociones del cuerpo. Se alcanza cuando la persona aleja de sí las ideas de miedo, ira y ego durante el combate o la vida diaria. Mediante este método se anula el pensamiento discursivo y el juicio, de modo que la mente es totalmente libre de actuar y reaccionar sin la demora causada por tales pensamientos.